Bibliogr. w przypisach. Streszcz. ang. s. 79.

In the pandemic era, laziness might be in reality one of the greatest challenges for the societies of the world. If it has been observed that sloth is indeed in our present times already so widespread, there is no reason to complacently accept the theory that laziness will not be a challenge in the subsequent post-pandemic era. The answer to the question of how to combat laziness is not actually within the bailiwick of lawyers. However, they must seriously consider the legal consequences of laziness, provoked and intensified by the notorious release from duties and the loosening of social ties that life under the pandemic has witnessed. Sloth, like the matter of some other great subjects in the field of law —as unjust enrichment and the abuse of rights, proves at the same time both easy and not easy to describe. With regard to laziness, the description is easy inasmuch as the words describing this phenomenon come from everyday language. The difficulty is caused by the lack of an unambiguously established terminology. Then, one particular question that must be asked concerns the challenges that laziness creates for private law. It is most certainly worth starting with Roman law in order to answer the question. Ancient legal sources suggest that sloth was put alongside the generally understood carelessness and negligence when it comes to explaining what fault really is as a premise of liability for damages, and even more as a standard of expectations and duty in the performance of contractual provisions. Laziness, in at least some circumstances, becomes the express opposite of diligence. In private law sloth results in financial consequences. These will not always be borne directly by the slothful person himself but rather by those responsible for the person or for the resulting state of affairs, as in the case, for example, of a guardian or a seller. The study of the manifestations of laziness stigmatized by the law invites us to summon up and strengthen the motivation for persistent and tireless work, understood as a virtue and practiced with wise moderation.

Durante la pandemia, la ociosidad y la pereza han sido, con probabilidad, uno de los mayores desafíos para las sociedades, al menos del llamado “mundo desarrollado”. Si observamos la actual propagación de la vagancia, existen razones suficientes para intuir que en adelante seguirá constituyendo un verdadero y preocupante reto. Aunque la forma de combatirla no competa al ámbito del Derecho, debido al notorio decaimiento de los vínculos sociales y a la relajación del sentido de responsabilidad y de las obligaciones debemos, sin embargo, considerar las consecuencias jurídicas de la misma. La holgazanería, del mismo modo que otros marcos jurídicos, cómo el enriquecimiento injusto y el abuso de derecho-, es al mismo tiempo de sencilla y difícil delimitación terminológica. A pesar de que el origen cotidiano de la vagancia clarifique su contenido, sin embargo, su descripción viene dificultada por la ausencia de una terminología fija e inequívoca. Lacuestión que se deriva de su estudio atiene a los desafíos que origina al derecho privadoy que pueden ser respondidos desde el derecho romano. Las fuentes jurídicas de la antigüedad equiparan la vagancia con el descuido y la negligencia, explicados como culpa en relación con la responsabilidad por daños, llegando a convertirse en canon de las expectativas de cumplimiento de las prestaciones contractuales. La indolencia, al menos en algunos casos, se define como el extremo opuesto dela diligencia. En el derecho privado, la vagancia tiene consecuencias económicas, que no siempre serán asumidas directamente por el propio indolente, al poder extenderse a los responsables de la persona o de la situación resultante, como puede ser el caso de un tutor o un vendedor. El estudio de las manifestaciones de la pereza estigmatizadas por el derecho nos invita a hacer un llamamiento para el fortalecimiento de la motivación para el trabajo persistente e incansable, entendido como virtud y practicado con sabia moderación.